Despertó lentamente y se incorporó para ver la luz del sol por la ventana. Descubrió que había dormido más de un mes, se miró la barba crecida y el cabello más largo que de costumbre. Se metió bajo el chorro de la regadera, se rasuró y se vistió con sus ropas de lino que tanto le gustaban. Entonces salió a la calle a vivir el primer día del resto de su vida.