Última noche en Granada, primera novela de Francisco Ortiz, nos presenta a Luis Castillo, ex policía, ocupado ahora en labores de vigilancia en edificios en construcción. Castillo tiene los rasgos de los personajes de novela negra atrapados en un dilema por acciones cometidas en el pasado. Pasa sus noches en el edificio en el que vigila de merodeadores junkies, ladrones que huyen de algún atraco e incluso de animales que buscan refugio al amparo de las paredes y la oscuridad. Su vida transcurre sin problemas en medio de una medianía que solo se distingue cuando está con Beatriz. Sin ambición alguna Luis Castillo está conformado con la vida que lleva, después de días agitados en el cuerpo policial. La visita de un ex compañero policía, lo llevará a traer a su presente de ficticia tranquilidad, un suceso violento, que como en las novelas de Ross MacDonald, los hechos del pasado siempre te alcanzan en el presente. La novela se compone a mi entender, de dos partes, en la primera, se narra en un estilo de novela negra, con acciones en la noche, descomposición de sociedad y fuerzas del orden y una acción ejemplarmente resuelta del encuentro con el matón a sueldo. Y otra parte más íntima, introspectiva y analítica, donde el personaje de Beatriz es pieza vital para que el protagonista salga adelante. Como la Beatriz de Dante que lleva a su amante en la segunda etapa del viaje en la Divina Comedia, la Beatriz de Luis Castillo, deja atrás al marido para guiar a su amante hacia la redención de ambos.
El conocimiento de la literatura negra en Francisco Ortiz se manifiesta en un párrafo como el siguiente:
" He olvidado ciertos detalles, muchos pensamientos. He olvidado y borrado de mi mente fragmentos que daban sentido a algunas de las actividades que ocuparon mi tiempo aquellos días, pero recuerdo con exactitud la cara de Pedro cuando nos encontramos en Cenes, frente a la urbanización Los Faroles. Sus ojos acuosos, su voz firme, su mano fría que estrechó los dedos de mi mano izquierda con incomodidad: un gesto huidizo, exento de entusiasmo y vigor. Traía las pistolas y la munición, introdujo las balas en los cargadores y me tendió la Astra montada, como si me entregara algo íntimo. Dijo que Eladio lo había planeado y había estudiado cualquier variante que pudiera presentarse, yo solo tenía que cumplir con mi parte, susurró, déjate llevar, Luis. "
Dice Patricia Highsmith. " me interesa la moral, a condición de que no haya sermones". Francisco Ortiz se interesa por el dilema moral que enfrenta a su personaje sobre los actos del pasado y el dilema del presente sobre que hacer con su vida, y lo hace sin sermones, con una prosa limpia e íntima a través de Beatriz que permitirá a su protagonista encontrar su lugar en esta Granada, siempre presente como escenario del teatro de la vida. En la que buscan sobrevivir, una última noche.