17 abr 2009

BARACK OBAMA EN MÉXICO

El presidente Barack Obama visitó México camino a la Cumbre de las Américas. De esta manera, nuestro País es el primero en ser visitado en Latinoamérica por el nuevo presidente de los Estados Unidos. La vecindad lo impone y los problemas conjuntos lo ameritaban. Por razones históricas, sociales y culturales he aprendido a no confiar en los mandatarios estadounidenses. Obama no es la excepción. Muchas sonrisas, visitas por todos lados y la parafernalia mediática que siguen a este hombre que cumple los propósitos del sueño americano. Pero este sueño americano no es compartido por sus vecinos mexicanos. Su política comercial hacia nuestro país, deja ver un camino proteccionista, mismo que durante su campaña enarboló a favor de los sindicatos americanos. Hoy los transportes de carga mexicanos no pueden circular por el vecino país, donde el sindicato transportista es de gran peso. La reciente crisis mundial tiene su origen en ese país, ¿Hasta cuando permitiremos que sigan orquestando la política comercial mundial? ¿Hasta cuando aprenderemos a no depositar dinero en manos de delincuentes de cuello blanco? Y que ahora defraudaron a bancos, empresas y personas de todo el mundo.
El vecino país acepta personas de razas de todo el mundo pero los latinos no son aceptados como trabajadores. La política de inmigrantes es otra piedra en el camino de las relaciones bilaterales y en sus discursos, Obama nada deja ver que cambiará. Durante años padecimos la certificación estadounidense contra la lucha antinarcos, y durante años ellos persiguieron a los delincuentes en otros países pero no en su propio suelo. Estados Unidos es el país de mayor consumo de drogas en el mundo. El problema nace ahí. No en México, Colombia, Bolivia o Afghanistán. Los cárteles mexicanos de la droga utilizan armas compradas en Estados Unidos y en su discurso, Obama promete ayudar a impedir el flujo de armas de asalto hacia nuestro país. Pero dice que será difícil llevarlo a cabo. Claro, en Estados Unidos aún se vive en el viejo Oeste donde todos tienen derecho a comprar armas. Incluso los narcotraficantes.
Los vecinos de la zona hotelera donde se hospedó el presidente Obama, padecieron los rigurosos controles de seguridad que la visita generó, usuarios de transporte colectivo, comerciantes y paseantes tuvieron ocasión de ver como los servicios de seguridad americanos trastornaban su vida cotidiana. Esperemos que con la visita de Obama no suceda lo mismo al País. Yo hasta no ver, no creer. O si quieren , mucho ruido y hasta ahora pocas nueces. Dice un dicho que prometer no empobrece; Estados Unidos es un país rico en promesas.

1 comentario:

  1. Y además puritano y como en mi pueblo se dice: "¡Haz lo que te digo pero no lo que yo hago!" La vida sigue y el que está en el pedestar es el figurín, las normas son siempre las mismas, ¡creo yo! Pero lo que si creo saber, es que siempre le dan los palos a los mismos y son los mismos los que los dan.

    Me alegra volver a leerte, estoy muy ocupada y os noto a faltar. Voy a ver si me pongo algo al día.
    Besicos muchos.

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