29 sept 2010
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Regresaron a su casa por el viejo camino hacia el barrio. Sortearon basura, lodo, troncos y ramas acumulados por doquier. Llegaron frente a su pequeña casa y encontraron todo destrozado en el interior. El agua acabó con estufa, refrigerador, camas, enseres diversos. Don Porfirio miró a Doña Celsa y a sus hijos y descubrió en sus rostros la magnitud de lo perdido. Se armó de valor y les animó a empezar a limpiar la casa. Empezaremos de nuevo - les dijo, y saldremos adelante. Y se pusieron a levantar su vida otra vez.
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Así es la vida José aunque nos pese. Siempre hay que empezar de nuevo, lo que pasa es que es muy duro y en vuestro caso (Veracruz), muy doloroso.
ResponderEliminarEspero que pronto podamos ver Veracruz surgir de nuevo.
Besicos muchos.
Poco a poco se retoma la actividad, a pesar de que aún no hay solución total del problema. Y Llevamos dos días de nuevas lluvias. Ufff saludos
ResponderEliminarUn veracruzano no decae, sigue, aunque duela.
ResponderEliminarAbrazos.
No queda sino sacar el pecho y seguir. No desesperarse y continuar. saludos
ResponderEliminarUna estampa que refleja perfectamente el espíritu de superación ante la adversidad. Los rostros tristes de la familia son el motor que impulsa al hombre hacia delante. Siento mucho el desastre causado por el huracán. Espero que los daños se reparen pronto.
ResponderEliminarUn abrazo
La señora que ayuda en la limpieza salió de mi depto. y a medio camino le dijeron que su casa estaba inundada y habían sacado a su hijo. Todo ocurrió en unos minutos. Ahora a recuperarse. saludos
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