foto: JR
Dejo los lentes a un lado para limpiarlos mientras busco la pequeña tela limpiadora. De pronto frente a mi se aparece ella como una figura apenas atrapada en la mirada borrosa, trato inútilmente de darle detalle y claridad a la imagen, busco los lentes y los llevo a mi rostro. Para entonces ella se ha esfumado y no aparece ante mi. Desde entonces no llevo lentes y busco con mirada borrosa su figura.
Algo que más de una vez nos pasa José, con lentes y sin ellas.
ResponderEliminarPrecioso relato.
Besicos muchos.
Me encantó, José, me encantó. Son fascinantes esos encuentros, esos cruces en los que se intuye que la vida podría cambiar y que, sin embargo, pasan de largo, quizá porque no llevábamos las gafas puestas. Genial.
ResponderEliminarUn abrazo.