Alejandro se asomó por la ventana y descubrió la mañana. Se vistió con su pantalón negro y la camisa blanca, preparó café y lo sirvió en la bella taza blanca que su madre le había heredado. Tomó su portafolio negro y salió a la calle, miró al cielo y el día le pareció maravilloso. Se alejó tarareando una canción.
Precioso amanecer, visual y lleno de vida. Felicidades José, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesicos muchos.