4 jul 2010

LA OTRA

La mujer esperó a que saliera la esposa y la siguió en su trayecto, primero hacia la escuela donde dejó a la niña, después al gimnasio y al salir, hacia el supermercado a la compra de víveres. La esposa regresó a su casa y la mujer estacionó el auto frente al hogar de su amante. Se tocó el vientre abultado por el embarazo de unos meses y pensó que ella debía llevar esa vida que acababa de seguir cuidadosamente. Luego bajó del auto y se dirigió a tocar el timbre.

5 comentarios:

  1. Exacto minirrelato. Esa persecución, espiando la vida que anhela como propia. Y el final abierto, preludio de la confrontación que cada lector ha de imaginar. Buen texto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Creo Miguel; que el minirrelato se enriquece más con el final abierto que con la vuelta de tuerca. Gracias por el comentario. un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Sí, señor: sugerencia, invitación a continuar la historia, a que el lector la haga suya. Todo un acierto.

    ResponderEliminar
  4. Pero ¿para qué se baja? caray...



    Abrazos.

    ResponderEliminar
  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar