28 ene 2011
EL ENCUENTRO
Llevaba semanas en su busca, pero hasta el día de hoy no había tenido suerte. No sabía exactamente cuando desapareció, un buen día se dio cuenta de la ausencia e inició su búsqueda. Lo buscó en sus lugares de costumbre, visitó a las amistades e incluso a miembros de su familia sin dar con él. Casi había perdido todas las esperanzas de encontrarlo cuando de pronto, se topó con él, en el lugar más insólito, por cierto. Frente al aparador de una tienda de televisores descubrió su propio rostro multiplicado en las pantallas. Regresó contento a casa, feliz de haberse encontrado.
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¡Cuántas veces nos vemos reflejados en las pantallas!!, pero a mí me gusta más reconocerme en el espejo del baño cuando por las mañanas me quito las legañas. ¡Si no me gusto, ay, ay, la regañiña que me cae!!
ResponderEliminarBesicos muchos
buen instante y denso en toda su sencillez
ResponderEliminarPerturbador este relato de búsquedas en el que el protagonista termina por encontrarse a sí mismo. Deja muchas incógnitas en el aire y por eso me resulta tan misterioso. Un abrazo.
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