foto: lasescapadas.com
Una noche frente al mar le robaron sus besos. Enséñame a besar -dijo ella. Y él, ingenuo, compartió el catálogo de besos aprendidos al calor de muchas noches. Sin imaginar que a los pocos días, ella partió a tierras cafetaleras, llenas de lluvia y niebla que corre por los caminos. Desde entonces acude a la misma playa en busca de esos besos robados por aquella mujer que aprendió a besar con sus labios.
¡Que relato más nostalgico y sentimental! Me ha gustado José.
ResponderEliminarBesicos muchos.